Cuando Tabitha quedó paralizada de cintura para abajo en 2014, su vida cambió radicalmente. De correr con tacones, ir al trabajo y salir con sus amigos, de repente se vio recluida en una silla de ruedas, dependiendo de la gente que la rodeaba para que le ayudara en todo.
Tabitha, una persona muy independiente por naturaleza y acostumbrada a llevar una vida muy activa, estaba aterrorizada ante la perspectiva de perder su independencia. "¿Cómo voy a moverme? ¿Cómo voy a vivir?". Este fue el comienzo de una enorme curva de aprendizaje para Tabitha.
Pero a medida que avanzaba en la rehabilitación, se dio cuenta de que, aunque no se camine sobre dos piernas, se pueden hacer cosas. Sólo hay que encontrar nuevas formas de hacerlas. "Así que me di un consejo ", recuerda. "Podía sentarme a llorar por lo que no podía hacer. O podía seguir adelante con mi vida". Tabitha optó por lo segundo, y el auto-sondaje intermitente lo hizo posible.
Le habían dado el alta del hospital con un catéter permanente. Pero estar conectada a unos tubos y tener una bolsa de orina adherida al cuerpo le resultaba molesto, invasivo y le avergonzaba y cohibía. Era un recordatorio más de lo que no podía hacer. La transición al sondaje intermitente fue liberadora. Recuperó el control de su vida de una forma que no había previsto.
Cuando podía caminar Tabitha no tenía ningún interés por los deportes, pero ahora a comenzado a practicar tenis en silla de ruedas y viaja por todo el mundo compitiendo en torneos internacionales, habiendo ganado varios trofeos y medallas. Este logro es una prueba de que "puedes hacer lo que quieras. Tú te pones los limites". Ese es el espíritu que espera inspirar en los demás, compartiendo su experiencia y hablando abiertamente sobre el cateterismo.